Mi revelación

Era una tarde de lágrimas que
Dolían, la gente gritaba, la sangra
De sus almas brotaba.

La maldad infestaba la tierra,
Las nubes ocultaban al sol y la alegría
Cual estruendo desaparecía, el tiempo
Se acercaba.

En eso, yo corrí hacia una montaña,
Muchos obstáculos me impedían subir
Por ella, el suelo resbalaba y los árboles
Cuales espinas que me cortaban, la
Facilidad no la hallaba.

Y al fin, cuando logro llegar a la
Parte alta, con vestimentas blancas a
Muchos allí miraba, éstos a su vez a un
Hombre acompañaban, que sobre
Una gran roca oraba.

Cuando entonces lo miro, algo
Me dijo que él estaba triste, aunque
Con fuerza sus manos juntaba y con el
Rostro inclinado al Altísimo rogaba.

Al terminar, de este sitio yo bajaba,
Volvía hasta donde el disturbio se encontraba,
Ellos con una luz que me cegó poco a poco
Se borraban.

Fue entonces cuando le tomé
La mano a ''mi'' mujer, juntos marcamos
Los pasos con agite y así llegar a tres
Refugios, los cuales servirían como un
Escondite:

''El primero era accesible,
Seguro como para así protegerse,
Pero entró mucha de la gente que
Aún quedaba y bajo la sombra
Comenzaba a esfumarse.

De ahí partimos para el segundo,
No tan parecido al primero, aunque
Suficiente para cubrirnos; en éste ocurrió
Igual al anterior, el mismo se desmoronó
Con lo de dentro que en cenizas
Se volvió.

En eso, llegamos al tercero, no
Tenía buenos soportes y su techo
Estaba por desprenderse, pero igual
Entré y allí con ''mi'' mujer quedé
Hasta que el fin se pudo ver. ''

Y así fue.

Cuando todo acabó, el
Silencio a mis oídos invadió,
Miré que nadie quedó puesto
Que esa luz todo lo arrasó.

Luego, yo con mi compañera
Fui hasta una cercana morada, en
La cual entramos y allí mirar a un
Extraño señor que lloraba frente a un
Retrato sin imagen y preguntándose
Por qué todo terminaba.

Ya cuando salimos del lugar,
Me topé con otra pareja y en el
Mismo un personaje que nos
Dijo:

''Están ustedes en la nueva era. ''

¿Será cierto?

Interprétenlo...

Cristo es el Salvador

¡Oye, tú!, el ''cristiano'' que me
Mostró la senda de Dios, ¿por qué decaes?,
¿no fuiste tú quien me dijo que buscara al
Salvador cuando estaba triste?

¿Por qué permites que el Diablo
Te enseñe su terrible maldad y no uses
La espada del Señor para luchar?

¿Acaso tu fe es poca?

¿Dónde está eso que tú llamas ''religión''?

¡No llores!, pido que te levantes,
Tomes la mano del Todopoderoso y a
Su lado vayas hacia la luz, la alegría,
La salvación.

Su amistad no te traicionará,
Tampoco te dañará, de su paz te
Llenará y cual Padre para ti será,
Pues como su amado hijo te
Corregirá.

Ábrele la puerta de tu corazón,
Como un caballero va a esperar que
Lo hagas para luego entrar, poderte
Ayudar y contigo en todo momento
Saber estar.

No te dejes guiar por imágenes
Mundanas que no ven, ni caminan, ni
Hablan, son sordas y adorarlas significa
Perdición, abominación, dolor, no le
Darán cobijo a tu alma que clama
Por amor.

Nunca olvides que el Altísimo por
Amarte a esa cruz lo entregó, sinónimo
De maldición que al mundo le trajo la
Bendición, pues de los pecados con
Su sangre lo limpió.

Sufrir te ha hecho hacer cosas
Malas, no sigas y aprende a perdonar
Para volver a soñar, a creer, a volar, te
Sepas como personar valorar.

Por los siglos de los siglos
Jesucristo estará, al Ángel caído
Destruirá, nada ni nadie le
Podrá ganar.

Amén...