Quisiera embotellar todo mi llorar, es para mostrarte todo el amor que desde mi mirar ha sido derramado.
Mi gracia por ti es pura, además de ser sincera, se parece al agua que bulle tan clara y siempre transparente.
Para mí es una dicha saber que te puedo tener, es tan grande como el futuro que a tu lado también quiero vivir.
Sería un maldito cobarde si te dejara ir, ése que se oculta y no se enfrenta a su mismísima verdad.
De verdad me llenas todo mi vacío, hasta evitas que vuelva hacia mi propio crucifijo.
Bien sabes que no te he mentido, hasta por medio de estás palabras te digo que hacerlo no he querido.
Mi mirada que la fijaste ante la tuya sin titubear, hasta me pudiste detallar eso que en mi alma está y te he querido demostrar en realidad.
Hay muchas cosas que me han atado a ti, pero lo que más me ha unido, es nuestro pensamiento que es tremendamente coincidido.
Se puede sentir al amor encontrado, es algo así como un sueño hasta logrado.
Tu sonrisa iluminando en mi caminar, ése que era triste y oscuro en su andar.
Por ahí se ve la ventana lográndose abrir, desde ella penetra la ilusión de un Ángel Divino y único en su brillar.
Ya no veo a más nadie, sólo nosotros que andamos cabalgando sobre nuestro mutuo deseo.
La esperanza que nos dice luchar sin desistir, ya que nuestro amor ha sido y por siempre será de verdad.