Dolor y muerte

Deseos de destrucción, el odio se apodera de mi corazón.

Es por haber creído en lo bonito de una ilusión, ésta que por medio de una mentira convirtió mi sollozar en un estanque vivo de sangre que ahora se brota cayendo sobre las páginas de un recuerdo, junto con la esperanza de un absurdo amor.

Ahora soy la sombra bastarda con la cara vaga de un payaso llorando y que derrama lágrimas rojas, que son de terror:
-¡Oh, Cristo!, te ruego mirarme.

Mírame aquí, de rodillas frente a tu cruz.

Mira mis labios, los cuales te preguntan en qué lugar me encuentro metido.

¿Será el cielo o el infierno?,

¿dónde estoy viviendo?

¿¡Acaso hace frío o es el mismo calor que cubre mi cuerpo mal herido con las

dagas de la maldita desdicha!?-

Tristeza y decepción, la muerte será mi redención.

Es la que llamo y lo hago, para ver si puede terminar con el vaivén rutinario de mi

existencia que se llenó de dolor, ésta que me pertenece y que ahora pido se acabe,

por causa de una fantasía que se expiró con el mísero soplo del viento:
-¡Oye, muerte!, ya que Cristo no me miró, te pido a ti hacerlo.

¡¡¡Te digo que me mires!!! Escucha la súplica: ''acaba con esta vida sin sentido.

Llévala a un lugar vacío y termina con este sufrimiento asfixiante que me hunde más y más, mientras me tomo el líquido de la sofocante desfachatez'' .

¡Escúchame!, además mira cómo me persigno por ella con mi frente, hombros y pecho ensangrentado al cerrar esta maldita cruz y así se cumpla mi petición-

Ojalá la oigas antes de verme hundido en el mar de mi terrible desesperanza, ése que bulle y bulle pasando por los corales de este ridículo dolor.

Es el que me terminará por acabar, si uno de ustedes dos no me logra escuchar.

Salve, oh mi rezo...