¿En dónde estás?
Ya no te veo, no te puedo sentir.
Tu olor está desaparecido, es el viento que lo lleva sin quererlo regresar.
¿Por qué no te escucho?
Me parezco al loco que le habla a la nada.
¿Qué tengo que tocar?
¿Cuál es el juego que puedo seguir?
Nada vale, nada cuenta, no sé si puedo vivir.
La desidia es andante, parece un gusano agonizante y campante.
Las piezas que se mueven, es el ajedrez que juega al destino.
Las mentes que son inteligentes, ellas me dicen que luche sin rendir.
Incoherentes pesares, es el de aquel que es pobre y afligido en su dormir.
Ya no puedo ni pensar, a veces digo que éste es mi final, es que no te encuentro, ni un rastro te he podido conseguir.
Ya no sé si llorar, es que ni odiarme me puede sanar.
Te sigo buscando, pero necesito tu señal, ya sea desde el cielo, que sé que no me mentirá.
Tus huellas las veo borrosas, parecen que intentan simplemente padecer.
¿Qué es nacer?
¿Por qué morir?
¡Acaso nada puede ser importante!
Por favor, ¡Ayúdame!
¡No me ves desesperar!
¡Dime algo!, que no sé por dónde comenzar.
Envíame el camino, dame uno que no sea tan torcido, es para lograrte encontrar y así apaciguar a mi triste caminar.
Hay incógnitas que me recorren, parecen hormigas sin una razón para poderme calmar.
¡Oye tú!, el de los pasos que son temerarios, ven acá, ven y ayúdame a resolver este acertijo: ‘‘¿dónde está el amor que me ilumina?''.
Anda.
¡Anda! Ven y dime
Ya no te veo, no te puedo sentir.
Tu olor está desaparecido, es el viento que lo lleva sin quererlo regresar.
¿Por qué no te escucho?
Me parezco al loco que le habla a la nada.
¿Qué tengo que tocar?
¿Cuál es el juego que puedo seguir?
Nada vale, nada cuenta, no sé si puedo vivir.
La desidia es andante, parece un gusano agonizante y campante.
Las piezas que se mueven, es el ajedrez que juega al destino.
Las mentes que son inteligentes, ellas me dicen que luche sin rendir.
Incoherentes pesares, es el de aquel que es pobre y afligido en su dormir.
Ya no puedo ni pensar, a veces digo que éste es mi final, es que no te encuentro, ni un rastro te he podido conseguir.
Ya no sé si llorar, es que ni odiarme me puede sanar.
Te sigo buscando, pero necesito tu señal, ya sea desde el cielo, que sé que no me mentirá.
Tus huellas las veo borrosas, parecen que intentan simplemente padecer.
¿Qué es nacer?
¿Por qué morir?
¡Acaso nada puede ser importante!
Por favor, ¡Ayúdame!
¡No me ves desesperar!
¡Dime algo!, que no sé por dónde comenzar.
Envíame el camino, dame uno que no sea tan torcido, es para lograrte encontrar y así apaciguar a mi triste caminar.
Hay incógnitas que me recorren, parecen hormigas sin una razón para poderme calmar.
¡Oye tú!, el de los pasos que son temerarios, ven acá, ven y ayúdame a resolver este acertijo: ‘‘¿dónde está el amor que me ilumina?''.
Anda.
¡Anda! Ven y dime
¿Le temes a lo desconocido?
No te asustes, que sólo quiero que me ayudes a descifrar mi verdadero destino.
13/08/02
Danny Sánchez
13/08/02
Danny Sánchez
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