Efecto literal

¡Oh, muerte!, estoy aquí,
Me inclino y mírame sufrir.

Quiero que viertas mi sangre
Cuales lágrimas partiendo mi latir,
Mi mismo vivir, no te apiades de
Mí.

Bajo la inhospita decadencia,
Deseo que plasmes mi destino cual
Frívolo y vacío, opacado y entristecido,
Sin sentido y por ti maldito.

Siente mi dolor, ¡no me
Des la espalda!, acaba con este
Castigo.

Ya mi rencor desgarra mi
Cuerpo, destroza mi alma, me
Deja sin aire, envíame donde
No haya nadie.

Allí voy a pedirte que desgranes
Mi voz, que tu brisa se la lleve lejos,
Que no la escuche ni el mismo Dios.

Pero antes, quisiera redactar
Mi testamento, ya que dejaré mi
Verso al lamento, al desespero y
Al desamor, únicos herederos que
una vez presagiaron mi tormento.

Ahora cobíjame con tu manto
Infestado de oscuridad, ese ropaje
Tétrico, frío, lleno de penurias y
sombras.

Conviérteme en un desparpajo,
Llévame por el sendero sin norte, sin
Sur, sin este y sin oeste.

Dile al cielo que llore mi tristeza,
Verás que la lluvia marchitará todas
Las rosas que van a engalanar mi
Sepulcro.

Buscaré mi ataúd, no sin antes
Decir que mi agonía ya era mi pesadilla,
Las noches mi melancolía, los días grises
Y con aves sin una simple sonrisa.

¡Salve, muerte!