Delirios de un lobo solitario

Hoy quisiera entonar la
Frase de aquella ave magistral,
Ésa que surca los cielos donde
Muchos luceros se suelen posar
Y vigilar el destino de mil y

Una vida más.

Deseo cantar a la diosa
Del desierto con el brillo sin igual,
Donde ni un Ángel se ha atrevido
Siquiera llegar, para conversar con el
Amor en la noche sin final.

Dedicar este verso a la
Musa celestial, la de los ojos tan
Hermosos como el Sol y brillantes
Como la luna en la tempestad,
Asistida por su tétrica
Soledad.

Desvariar como la triste
Oscuridad, donde el dolor se dice
Curar y después sepultar, cual
Vendaje que al corazón sabe
Ocultar.

Llorar al susurro y en la
Primavera volar, para la brisa
Acariciar y sus labios besar,
Mientras con una silueta
Intento soñar.

Amar a la lluvia brotando
Sin cesar, gotas de la herida que
Pudo sangrar, donde no hay
Alma que pueda vagar.

Poder añorar el presente,
Vivir así en el futuro, para pensar en
un pasado y por último en un mapa
Buscarlo.

Regalar una flor a alguien,
Único detalle con olor a nadie, para
Enamorar como nunca antes.

Navegar en el mar donde
Sirenas me canten, pasajes de la
Melodía junto con el réquiem, donde
Las olas se piquen y sus bellezas por
Siempre me muestren.