Pensamiento que aturde a mi cerebro, parece que la tristeza regresa a su puesto, ésa que viene desde la nada retorciendo mi destino, el que se escribe alegre y sin temor hacia a una utopía llena de odio sin tener un desconsuelo.
Siento que mi sangre arde, parece que el corazón grita pidiendo por su auxilio.
Mis pupilas que se dilatan, se opacan y con mis lágrimas alertándome por lo inútil de otro fracaso, ellas recorren mis mejillas y se dejan caer por un pozo sin fondo y sombrío en su vacío.
Ya no sé si me pueda refugiar, hasta la oscuridad no me quiere resguardar, es que me huye, ni su sombra me quiere dejar.
Mi voz parece enmudecida, es que ni gritando me logran escuchar.
Aunque ellos me pueden ver y lo hacen para sólo reír.
Ya no quieren saber lo que digo, parece que sus carcajadas les tapan sus oídos.
No les entiendo el agite, yo no le encuentro siquiera el chiste.
Tampoco parezco un payaso, ni mucho menos ese mimo que anda enloquecido.
Parece que huele a mi desgracia, ella es repugnante y se asoma sin titubeos como algo que obstaculiza.
¿Por qué no te borras?
Esto parece una mancha que se lava y siempre queda, es como tonto y hasta parece muy tormentoso.
Ya no me deja tranquilo, esto es como un destierro que me sigue como castigo.
Ya no lo resisto.
Ya no lo aguanto.
Ya no lo soporto.
Creo que me dejaré llevar por esto que será por siempre mi maldecido crucifijo.
Siento que mi sangre arde, parece que el corazón grita pidiendo por su auxilio.
Mis pupilas que se dilatan, se opacan y con mis lágrimas alertándome por lo inútil de otro fracaso, ellas recorren mis mejillas y se dejan caer por un pozo sin fondo y sombrío en su vacío.
Ya no sé si me pueda refugiar, hasta la oscuridad no me quiere resguardar, es que me huye, ni su sombra me quiere dejar.
Mi voz parece enmudecida, es que ni gritando me logran escuchar.
Aunque ellos me pueden ver y lo hacen para sólo reír.
Ya no quieren saber lo que digo, parece que sus carcajadas les tapan sus oídos.
No les entiendo el agite, yo no le encuentro siquiera el chiste.
Tampoco parezco un payaso, ni mucho menos ese mimo que anda enloquecido.
Parece que huele a mi desgracia, ella es repugnante y se asoma sin titubeos como algo que obstaculiza.
¿Por qué no te borras?
Esto parece una mancha que se lava y siempre queda, es como tonto y hasta parece muy tormentoso.
Ya no me deja tranquilo, esto es como un destierro que me sigue como castigo.
Ya no lo resisto.
Ya no lo aguanto.
Ya no lo soporto.
Creo que me dejaré llevar por esto que será por siempre mi maldecido crucifijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario