Tenerte en mi cobijo, fue como haber estado en el cielo, es algo así como obtener un anhelo deseado, ése que se logra después de haberlo añorado tanto.
Para ese entonces, sentí cada latido de tu corazón, ése que me reflejó en tus ojos y que me dio a entender que sí soy el único al que tu pálpito emocionado podía y sólo podrá ver.
Recuerdo que sentí tu aliento en mis labios, cuando eso me hacías delirar de una manera que no aguantaba las ganas que tenía de besar tu boca.
Recuerdo cuando en una primera ocasión te besé, en ese momento me trasladé y aún hoy lo volví a hacer por ese bello lugar donde tú y yo pudimos estar.
No olvido a mis manos, ellas recorrieron tu linda piel para así hacerte sentir amada y siempre especial para mí.
La verdad no te quería separar de mi regazo, necesitaba mucho de tu calor, había frío y cada vez que te alejabas de mí, me sentía tan vacío como aquel que dice vivir en una vida sin sentido.
Puedo decir que al fin disfrutamos de un atardecer juntos, éste estaba oculto aunque poseía un esplendoroso océano, único en su bullir y aunque las nubes tapaban al Sol, éste no le fue un impedimento para que con su brillo le de hermosura a un paisaje que tú inmortalizaste con una fotografía que te dice y dirá que no viviste en un sueño.
Antes de eso, tenía mucho desespero, es que la tristeza me estaba llenando con su dolor, hasta nuestras melodías se borraban y casi olvidaban, parecía que la distancia nos golpeaba duro para separarnos.
Aunque no fue así, ya que en su juego salimos victoriosos, es que después de tanto tiempo mis ojos te volvían a ver, para que en ellos te reflejes y sepas que igual el latido de mi corazón te puede ver nada más a ti.
No sabes lo vivo que me sentí, hasta recordé a aquella ave mitológica, ésa que al morir resurge de sus cenizas feliz y sin nada a qué temer, es que te acompañé y lo hice hasta el último momento en que juntos pudimos compartir tan dichoso amor.
Fueron momentos de mucha alegría que pudimos pasar, es como una enseñanza para ese destino que siempre se ha puesto contra nosotros.
No quiero que creas que olvidaré esto, ya que para mí por siempre será el mejor día nuestra vida.
Para ese entonces, sentí cada latido de tu corazón, ése que me reflejó en tus ojos y que me dio a entender que sí soy el único al que tu pálpito emocionado podía y sólo podrá ver.
Recuerdo que sentí tu aliento en mis labios, cuando eso me hacías delirar de una manera que no aguantaba las ganas que tenía de besar tu boca.
Recuerdo cuando en una primera ocasión te besé, en ese momento me trasladé y aún hoy lo volví a hacer por ese bello lugar donde tú y yo pudimos estar.
No olvido a mis manos, ellas recorrieron tu linda piel para así hacerte sentir amada y siempre especial para mí.
La verdad no te quería separar de mi regazo, necesitaba mucho de tu calor, había frío y cada vez que te alejabas de mí, me sentía tan vacío como aquel que dice vivir en una vida sin sentido.
Puedo decir que al fin disfrutamos de un atardecer juntos, éste estaba oculto aunque poseía un esplendoroso océano, único en su bullir y aunque las nubes tapaban al Sol, éste no le fue un impedimento para que con su brillo le de hermosura a un paisaje que tú inmortalizaste con una fotografía que te dice y dirá que no viviste en un sueño.
Antes de eso, tenía mucho desespero, es que la tristeza me estaba llenando con su dolor, hasta nuestras melodías se borraban y casi olvidaban, parecía que la distancia nos golpeaba duro para separarnos.
Aunque no fue así, ya que en su juego salimos victoriosos, es que después de tanto tiempo mis ojos te volvían a ver, para que en ellos te reflejes y sepas que igual el latido de mi corazón te puede ver nada más a ti.
No sabes lo vivo que me sentí, hasta recordé a aquella ave mitológica, ésa que al morir resurge de sus cenizas feliz y sin nada a qué temer, es que te acompañé y lo hice hasta el último momento en que juntos pudimos compartir tan dichoso amor.
Fueron momentos de mucha alegría que pudimos pasar, es como una enseñanza para ese destino que siempre se ha puesto contra nosotros.
No quiero que creas que olvidaré esto, ya que para mí por siempre será el mejor día nuestra vida.
2 comentarios:
Eres quien le ha dado luz a tanta oscuridad en mi vida!! por eso te amo!!! me haces falta! esos recuerdos vivirán siempre en mí!
Amor, la oscuridad desapareció de cada uno de nosotros, ya que nuestro amor nos dio la suficiente luz y es ésa, la que nunca se va a apagar.
Eres única y agradezco a Dios el haberte puesto en mi camino.
Nunca olvidaré cada momento y si vienen más, mucho menos lo haré
Te amo con todo mi corazón conejita!!!!
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