Cúmulos de sangre brotados,
Pertenecen a una rosa abandonada
Y agobiada por su marchitado dolor
Que la asfixia.
De entre sus pétalos, el rocío le
Invade; son sus lágrimas que sin dudarlo
Derrama, por el odio que a su color
Le cambia.
Su brillo se opaca, ya ni el viento le
Acaricia cuando pasa, hasta ni compañía tiene,
Aunque así lo parezca, pero su latido
Ni la siente.
Sus espinas la hacen intocable,
Como un zorrillo parece cuando es su
Olor el que espanta.
Con su polen a cualquiera atrapa
Y así poder matar, a todo aquel que le
Alcanza.
Posee una tristeza maldecida.
En su deshojo,
Se execra su mismísima
Vida.
La soledad de a poco la
Descuartiza, agoniza y eso que la
Muerte le huye despavorida.
El astro ya ni refleja a su inofensiva sombra.
La reina de la noche ni le da sus de
Bríos, por sus luceros que se atormentan
Al mirar lo que allá abajo habita.
Parece enloquecida,
La pobre delira por su castigo
Que la crucifica.
La mariposa ni la mira,
Es que ni el sonido zumbante de una
Abeja le frecuenta su espíritu.
Su existencia está marcada.
Aunque lo Intenta, su
Descanso eterno no lo encuentra.
Es el destino que ella debe
Seguir y como una rosa fugitiva por
Siempre tendrá que sufrir.
Pertenecen a una rosa abandonada
Y agobiada por su marchitado dolor
Que la asfixia.
De entre sus pétalos, el rocío le
Invade; son sus lágrimas que sin dudarlo
Derrama, por el odio que a su color
Le cambia.
Su brillo se opaca, ya ni el viento le
Acaricia cuando pasa, hasta ni compañía tiene,
Aunque así lo parezca, pero su latido
Ni la siente.
Sus espinas la hacen intocable,
Como un zorrillo parece cuando es su
Olor el que espanta.
Con su polen a cualquiera atrapa
Y así poder matar, a todo aquel que le
Alcanza.
Posee una tristeza maldecida.
En su deshojo,
Se execra su mismísima
Vida.
La soledad de a poco la
Descuartiza, agoniza y eso que la
Muerte le huye despavorida.
El astro ya ni refleja a su inofensiva sombra.
La reina de la noche ni le da sus de
Bríos, por sus luceros que se atormentan
Al mirar lo que allá abajo habita.
Parece enloquecida,
La pobre delira por su castigo
Que la crucifica.
La mariposa ni la mira,
Es que ni el sonido zumbante de una
Abeja le frecuenta su espíritu.
Su existencia está marcada.
Aunque lo Intenta, su
Descanso eterno no lo encuentra.
Es el destino que ella debe
Seguir y como una rosa fugitiva por
Siempre tendrá que sufrir.
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