Soledad, ésa de la cual prisionero soy.
Es un Calabozo frio, obscuro y muy tenebroso, esa prisión que a causa de la sombra de un amor, en el exilio me dejó.
Junto a mí, el cielo llora mi pena, misma que es capaz de marchitar hasta la belleza de miles de rosas, que en alguna ocasión dieron aroma y mucha elegancia a un jardín.
Tonada triste, coro de Ángeles llorando, éstos que en letra cantada junto a mí dicen: ‘’el amor duele y deja muchas heridas tan incurables que ni el mismo tiempo podrá sanar’’.
Muchos han sido los sueños que en el silencio de tantas noches he tenido, mismos que se han ido repitiendo y repitiendo, son estos sueños que al despertar respuesta alguna no me dieron.
La muerte, presagio de mi futuro que aún no se escribe.
Es una dicha que me sigue por todo lo que en el pasado y aún en el presente me sucede, este karma que a causa de esta soledad y sombra de un exilio, a ese futuro escrito me puede dejar.
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